Como depredadores principales de la cadena alimentaria, se sabe que los tiburones y otros grandes peces depredadores acumulan toxinas adquiridas de los peces y otras presas que comen a lo largo de su vida. Varios trabajos publicados indican que la carne de tiburón contiene niveles elevados de metilmercurio, que es una potente neurotoxina que suele proceder de procesos industriales, sobre todo de la fabricación de cemento.
Los resultados de un estudio reciente llevado a cabo por miembros del equipo de MarAlliance indicaron que más del 80% de los tiburones muestreados en el atolón Lighthouse Reef de Belice superaban los niveles recomendados por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) de 0,3 partes por millón (ppm) y más del 37% superaban los niveles recomendados por la Administración Federal de Medicamentos (FDA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 1,0 ppm. Investigaciones anteriores sobre los niveles de metilmercurio en el mero Goliat realizadas en Belice por MarAlliance sugieren que los niveles de mercurio son elevados en los animales de más de 55 cm de longitud, y que muchos de ellos superan los criterios de recomendación del gobierno estadounidense para la salud humana (Evers et al. 2009).
Aunque son alarmantes, estos resultados no son del todo sorprendentes. Los tiburones y los meros son depredadores de alto nivel que se sabe que biomagnifican las toxinas, incluidos los metales pesados como el mercurio, debido a los numerosos eslabones de la cadena alimentaria que existen en el medio marino. En los seres humanos, la absorción de grandes pulsos de mercurio y la ingestión continuada por encima de los niveles aconsejados afecta a las capacidades cognitivas, la memoria y deprime los niveles de serotonina.
Los avisos de la EPA y la FDA sugieren que las mujeres embarazadas eviten el consumo de pescados como el tiburón y la caballa real y que no coman más de dos comidas de pescado o marisco de bajo contenido en mercurio a la semana (no más de 12 onzas o dos comidas medias (véase: Lo que hay que saber sobre el mercurio en el pescado y el marisco). Debido a la posibilidad de que se produzcan problemas de desarrollo, estas advertencias se consideran demasiado elevadas para las mujeres embarazadas y los niños pequeños, y se sugiere que 0,12 ppm sería el umbral aceptable para estos grupos.