A pesar de constituir una parte significativa de la fuerza de trabajo mundial dedicada a la conservación, las mujeres siguen enfrentándose a barreras sistémicas que limitan su participación y sus oportunidades de liderazgo en las iniciativas medioambientales. A la luz de estos desafíos, es imperativo subrayar el papel fundamental que desempeñan las mujeres en el impulso de los esfuerzos de conservación y en el desbloqueo de una gran cantidad de soluciones innovadoras para hacer frente a los complejos desafíos ambientales.
En el corazón de Guna Yala, Panamá, se desarrolla una historia que ejemplifica el poder transformador de las mujeres en el ámbito de la conservación y la diversificación económica. Aquí, las mujeres indígenas, aprovechando sus habilidades ancestrales, se embarcaron en un viaje para entrelazar el arte tradicional con la protección del medio ambiente a través de la creación de máscaras de arte Mola de punto de aguja. Esta iniciativa, nacida en medio de la agitación mundial causada por la pandemia del COVID-19, no sólo proporcionó una fuente vital de ingresos, sino que también abogó por las prácticas pesqueras sostenibles y la conservación marina y apoyó los esfuerzos de educación medioambiental. Las máscaras de mola, vibrantes con motivos marinos, se convirtieron en símbolos de resistencia, cultura, conocimiento y compromiso con el bienestar de Guna Yala.
Paralela a esta historia de innovación artística y económica está la de Daneira Brown, una joven guna y nuestra responsable de educación y divulgación en Guna Yala, que ha dedicado su vida a la conservación marina. Criada en la tradición Guna, el vínculo de Daneira con el océano y sus habitantes, en especial las tortugas carey, la inspiró para dirigir la investigación y la educación en la comunidad Guna de Masargandup. Su trabajo, profundamente arraigado en su herencia cultural, destaca el importante papel de las tortugas carey en la comunidad Guna.
Su trabajo, profundamente arraigado en su herencia cultural, hace énfasis en el papel fundamental de los conocimientos y el compromiso locales para salvaguardar la biodiversidad marina. Combinando sus conocimientos locales y teóricos de su actual licenciatura en ciencias, está inspirando y orientando a otros jóvenes -especialmente mujeres jóvenes- y miembros de la comunidad para que estudien y protejan las tortugas marinas de su región.
Estos relatos ponen de manifiesto una verdad más amplia: integrar a las mujeres en los proyectos de conservación no consiste simplemente en lograr la igualdad de género, sino que es fundamental para mejorar la eficacia, la sostenibilidad y el impacto de estas iniciativas. Las mujeres, a menudo al frente de actividades de subsistencia como la producción artesanal, la pesca a pequeña escala y el ecoturismo, aportan perspectivas y soluciones únicas a los retos de la conservación del medio ambiente y el desarrollo económico.
Reforzar la equidad social y el empoderamiento
El éxito de la iniciativa de las máscaras del arte Mola y de la labor de conservación de Daneira Brown ejemplifica la importancia de proporcionar orientación y apoyo específicos a las mujeres. Al garantizar la participación activa y el liderazgo de las mujeres en los esfuerzos de conservación, desbloqueamos un vasto potencial de soluciones creativas y sostenibles a los retos medioambientales que tienen un considerable efecto de réplica, inspirando e implicando a otros, que son la base de los movimientos conservacionistas.
Al valorar e incorporar los conocimientos y perspectivas de las mujeres, especialmente en comunidades que históricamente han estado marginadas, las estrategias de conservación se vuelven más integrales y eficaces. El caso de Guna Yala ilustra vívidamente cómo la participación de las mujeres indígenas puede dar lugar a enfoques innovadores de la conservación y los medios de vida sostenibles, fomentando conexiones más profundas entre el patrimonio cultural, su cosmovisión de la naturaleza y la administración del medio ambiente.
Este enfoque unificado no sólo amplifica el mensaje de la conservación a través de una lente que incluye la perspectiva de género, sino que también fomenta oportunidades económicas socialmente equitativas.
La participación activa de las mujeres en la conservación es un movimiento estratégico que refuerza la viabilidad a largo plazo de estos esfuerzos, ya que los estudios han demostrado que los equipos equilibrados entre hombres y mujeres son más innovadores y hábiles para resolver complejos retos medioambientales.