Las áreas marinas protegidas (AMP) se utilizan cada vez más como herramienta de gestión y se consideran una unidad de gestión espacial utilizada para prohibir o restringir la pesca u otras actividades destructivas dentro de un área definida. Aunque algunas AMP están totalmente protegidas y prohíben la pesca o cualquier extracción de fauna marina, otras permiten usos múltiples, como la pesca recreativa o artesanal, al tiempo que restringen determinadas artes, como las redes y los palangres. Las AMP suelen establecerse para proteger un lugar de importancia cultural o social, especies o hábitats específicos, o fases importantes del ciclo vital de los organismos marinos. A pesar de estar a menudo definidas de forma restrictiva, las AMP pueden tener un efecto protector sobre múltiples especies y taxones. Sin embargo, gran parte de la eficacia de una AMP depende del liderazgo, así como del tamaño, la antigüedad, la aplicación, la lejanía y los objetivos de la zona de gestión.
Nos interesa comprobar la eficacia de las AMP para la megafauna marina, y especialmente para especies muy móviles como los tiburones y las rayas. Los estudios han demostrado que las AMP con una fuerte aplicación de la ley pueden tener efectos muy positivos en las poblaciones de tiburones fieles al lugar. Sin embargo, en el caso de muchas especies altamente migratorias, es posible que una AMP sólo proteja a los individuos durante una parte de su ciclo vital.
Ahora hemos descubierto que, en varios países del Caribe, la abundancia de tiburones y rayas no es necesariamente mayor dentro de una AMP. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿existe algún tipo de AMP que pueda ser eficaz para proteger a los tiburones y rayas móviles?
Creemos que esto depende del organismo, y que los gestores deberían centrarse en escalas más amplias y hacer mayor hincapié en el desarrollo del cumplimiento para permitir una gestión eficaz. En lugar de restringir la pesca de especies concretas, se puede conseguir un impacto mucho mayor prohibiendo o, mejor aún, incentivando el abandono de las prácticas pesqueras destructivas. Al restringir artes como el palangre y las redes de enmalle, no sólo se protegerá mejor a los tiburones, sino también a las tortugas, los corales y otros peces asociados a los arrecifes, incluidos los peces herbívoros y de recreo que están protegidos en Belice. En resumen, el esfuerzo pesquero se hace más equitativo y se puede proteger el ecosistema sin restringir completamente el acceso a los caladeros.