La conservación basada en la comunidad tiene que ver con las relaciones y la flexibilidad. Y la confianza y las conexiones tardan años en construirse. Hemos iniciado el tercer año de trabajo con pescadores, estudiantes y comunidades de la comarca autónoma indígena de Guna Yala, en la costa caribeña de Panamá.
Nuestro trabajo ha cambiado y se ha ampliado, pasando de nuestro objetivo original de desarrollar capacidades locales para controlar las poblaciones de pez león a un programa holístico que abarca evaluaciones pesqueras, educación experimental, creación de capacidades y tratamiento de cuestiones de seguridad alimentaria y medidas de gestión.
Aunque muchos de los eventos y talleres educativos que llevamos a cabo en el archipiélago siguen incluyendo formación sobre la manipulación y el uso seguros del pez león invasor, estamos desarrollando un conocimiento más profundo del estado de las pesquerías y las poblaciones de peces en relación con las necesidades y los retos de la comunidad. Este conocimiento incremental ha sido posible gracias a nuestro seguimiento anual estandarizado de los peces grandes, y a la primera evaluación de la pesca y los pescadores en Guna Yala realizada desde la década de 1980.
Llevada a cabo por nuestro oficial de investigación de Guna y estudiante de la Universidad de Panamá, Leyson Navarro, que visitó 11 comunidades pesqueras a lo largo de los más de 370 km de la comarca. Leyson entrevistó a 112 pescadores artesanales sobre sus hábitos de pesca, las principales especies capturadas, las percepciones de las pesquerías y los cambios en las poblaciones locales de peces, y los mecanismos de conservación, como las áreas marinas protegidas y los límites de las artes de pesca.
Los pescadores entrevistados destacaron los cambios significativos en las poblaciones de peces a lo largo del tiempo: ahora se capturan menos peces en total y más pequeños en comparación con décadas anteriores. Algunas especies que antes eran bastante comunes, como el sábalo e incluso el pez sierra, no se han visto desde la década de 1980.
Esto ha corroborado los datos que hemos recopilado a través de nuestro seguimiento: se han observado pocas especies de peces grandes en general, especialmente en los lugares cercanos a las comunidades humanas. Más del 75% de los pescadores entrevistados dijeron que la pesca era su única fuente de ingresos, y que mantenían a una media de cinco personas a su cargo. Aunque la mayoría de los pescadores pescan para alimentar a sus familias, los que viven cerca de los puntos turísticos se ven obligados a utilizar artes de pesca insostenibles, como las redes, para satisfacer la creciente demanda de marisco de los visitantes.
Aunque la mayoría de las personas estaban a favor de limitar o prohibir el uso de redes, no estaban a favor de crear zonas protegidas o de cerrar zonas a la pesca. Desgraciadamente, la única manera de recuperar el pescado y su pesca concomitante es reducir el esfuerzo pesquero. Las ideas derivadas de las entrevistas con los pescadores servirán de base para las reuniones que se celebrarán con los nuevos dirigentes locales para definir nuevas estrategias que hagan avanzar la pesca hacia la sostenibilidad y la seguridad alimentaria en la comarca.