Los manglares constituyen uno de los ecosistemas costeros más productivos y valiosos del planeta. Su presencia se extiende por zonas intermareales tropicales y subtropicales, principalmente a lo largo de las costas de América, Asia, África y Oceanía. En América, se distribuyen desde el norte de México hasta el sur de Brasil, incluidas muchas islas del Caribe. A pesar de ocupar una fracción relativamente pequeña de la superficie terrestre mundial, su contribución a la salud medioambiental, económica y social es desproporcionadamente alta. A continuación, detallamos los principales servicios ecosistémicos que prestan, así como algunas de las especies más representativas que habitan en estos entornos.
Protección del litoral
Uno de los servicios más reconocidos de los manglares es su capacidad para proteger las costas de la erosión, las mareas de tempestad y los huracanes. Su complejo sistema de raíces actúa como un amortiguador natural que disipa la energía del oleaje, reduciendo la fuerza del impacto de las olas sobre la costa y disminuyendo la pérdida de sedimentos. Esta función ha cobrado especial relevancia a la luz de la creciente frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos asociados al cambio climático.
Los estudios han demostrado que las comunidades protegidas por manglares sufren muchos menos daños durante las tormentas que las que carecen de esta vegetación. Por ejemplo, en el caso del tsunami del océano Índico de 2004, se comprobó que las zonas con manglares intactos sufrieron menos víctimas y quedaron menos destruidas.

Almacenamiento de carbono
Los manglares se consideran uno de los ecosistemas más eficientes para la captura y el almacenamiento de carbono, por lo que desempeñan un papel clave en la mitigación del cambio climático. Mediante la fotosíntesis, estos árboles capturan dióxido de carbono (CO₂) de la atmósfera y lo almacenan tanto en su biomasa como en el suelo anegado, que tiene poco oxígeno y ralentiza la descomposición de la materia orgánica.
Se calcula que los manglares almacenan hasta cuatro veces más carbono por hectárea que los bosques tropicales terrestres. La pérdida de estos ecosistemas no sólo supone la desaparición de un sumidero de carbono, sino también la liberación de grandes cantidades de CO₂ previamente almacenado.

Hábitat y biodiversidad
Los manglares son hábitats críticos para una gran variedad de especies marinas y terrestres. Su compleja estructura, en particular las raíces aéreas sumergidas de especies como el mangle rojo Rhizophora mangle, proporciona refugio, zonas de reproducción y alimentación a peces, crustáceos, moluscos, aves, reptiles y mamíferos. Muchas de estas especies son endémicas o están amenazadas.
Además, los manglares funcionan como zonas de transición entre los ecosistemas terrestres y marinos, facilitando la conectividad ecológica y el flujo de nutrientes, lo que es esencial para mantener la biodiversidad regional.

Conservación de los recursos pesqueros
Una parte considerable de la pesca costera depende directa o indirectamente de los manglares. Estos ecosistemas actúan como viveros naturales de numerosas especies de importancia comercial, como peces, camarones, cangrejos y moluscos. Durante sus fases juveniles, muchas de estas especies utilizan las raíces de los manglares como refugio frente a los depredadores y como fuente de alimento.
La desaparición o degradación de los manglares provoca una importante pérdida de biodiversidad y una disminución de las capturas pesqueras, lo que afecta directamente a las comunidades que dependen de la pesca artesanal para su subsistencia.

Filtración y mejora de la calidad del agua
Los manglares también desempeñan un papel esencial en la purificación del agua. Actúan como filtros naturales, atrapando sedimentos, metales pesados y contaminantes procedentes de fuentes terrestres, como ríos, zonas agrícolas y áreas urbanas. Sus raíces ralentizan el flujo del agua, permitiendo que los sedimentos se asienten y reduciendo la carga de nutrientes y contaminantes que llegan al mar.
Este servicio es esencial para mantener la calidad del agua en las zonas costeras y para la salud de los ecosistemas vecinos, como los arrecifes de coral y las praderas marinas.
Valor cultural, recreativo y educativo
Más allá de sus funciones ecológicas y económicas, los manglares tienen un valor cultural y espiritual para muchas comunidades indígenas y locales. Son fuente de inspiración artística, objetos de rituales y prácticas tradicionales y espacios para actividades recreativas como el ecoturismo y la educación ambiental. Su conservación puede integrarse en estrategias de desarrollo sostenible que refuercen la identidad cultural y promuevan ingresos alternativos.
En los manglares de América podemos encontrar hasta 15 especies de manglares y un híbrido con una gran variedad de flora y fauna asociada. Podemos destacar cuatro géneros como los más ampliamente distribuidos, como son el mangle rojo (Rhizophora sp), el mangle blanco (Laguncularia sp), el mangle negro (Avicennia sp) y el mangle botoncillo (Conocarpus sp).
Entre la fauna presente en el manglar podemos encontrar reptiles como el cocodrilo americano, la iguana verde, mamíferos como el manatí antillano, el coatí, una gran variedad de crustáceos y moluscos como el cangrejo azul, el marisco negro, aves como la espátula rosada, y el ibis blanco, peces como pargos, barracudas, lisas.
Los manglares son ecosistemas multifuncionales que prestan servicios ecosistémicos esenciales para la humanidad y la naturaleza. Su capacidad para proteger las costas, almacenar carbono, mantener la biodiversidad y sostener las economías locales los convierte en elementos clave de cualquier estrategia de conservación y desarrollo sostenible. Sin embargo, a pesar de su importancia, los manglares siguen amenazados por la expansión urbana, la agricultura, la contaminación y el cambio climático.

Proteger y restaurar estos ecosistemas es una inversión estratégica no sólo para la resiliencia medioambiental, sino también para el bienestar humano, especialmente para las comunidades costeras que dependen directamente de ellos.