Vamos a desentrañar este misterio y explorar la biología, ecología y conservación del pez sierra.
El pez sierra es un enigmático y fascinante animal que, a simple vista, puede parecer un tiburón debido a su cuerpo alargado y sus aletas dorsales triangulares. Sin embargo, este peculiar pez pertenece al grupo de las rayas o batoideos.
A pesar de su parecido con los tiburones, los peces sierra poseen varias características clave que los clasifican como rayas:
- Cuerpo plano y alargado: Como las rayas, sus cuerpos son aplanados dorsoventralmente, lo que indica que pasan la mayor parte de su vida en el fondo.
- Agallas en la parte inferior: A diferencia de los tiburones que tienen sus branquias en los laterales, los peces sierra tienen las agallas situadas en la parte inferior de su cuerpo.
- Aletas pectorales fusionadas a la cabeza: Como todas las rayas, las grandes aletas pectorales de los peces sierra están fusionadas a la cabeza y se extienden a lo largo del cuerpo.
- Forrajeo bentónico: Los peces sierra se alimenta principalmente de manera bentónica, y utilizan su “sierra” dentada para buscar y cazar presas.

Un cuerpo evolutivamente adaptado
La característica más distintiva de los peces sierra es su «sierra dentada», una extensión larga y aplanada de su hocico, conocida como rostrum. Esta adaptación cumple múltiples propósitos: ayuda a los animales a defenderse de los depredadores y funciona como una herramienta de caza eficiente. El rostrum está revestido con órganos electrorreceptores llamados ampollas de Lorenzini, que permiten a los peces sierra detectar los campos eléctricos producidos por sus presas, como peces y crustáceos, incluso cuando están ocultos bajo el sedimento. Utilizando movimientos rápidos y cortantes, un pez sierra puede aturdir o empalar a su presa antes de consumirla. Esta adaptación notable hace que los peces sierra sean depredadores altamente especializados en sus entornos acuáticos.
Existen cinco especies de peces sierra conocidas:
- Pristis pristis
- Pristis zijsron
- Pristis pectinata
- Pristis clavata
- Anoxypristis cuspidata
Todas las especies de peces sierra han experimentado descensos históricos superiores al 90%. En consecuencia, todas las especies de pez sierra están clasificadas en la Lista Roja de la UICN en Peligro Crítico de extinción. Sus declives se deben principalmente a la sobrepesca, la captura incidental en pesquerías de arrastre y redes de enmalle, y la caza ilegal por sus valiosas sierras. Además, la destrucción del hábitat, en particular la pérdida de los manglares costeros, ha afectado gravemente sus áreas de reproducción.
El pez sierra de dientes grandes (Pristis pristis): Un gigante amenazado

De estas cinco especies, el pez sierra de dientes grandes (Pristis pristis) es el más grande, alcanzando hasta 7 metros de longitud. Históricamente, esta especie estaba distribuida por los trópicos y subtrópicos de todo el mundo. Sin embargo, debido a la intensa sobrepesca y pérdida de hábitat, se ha extinguido en gran parte de su área de distribución original.
En Panamá, específicamente en la provincia del Darién, se creía que el pez sierra de dientes grandes estaba extinto. Sin embargo, gracias al trabajo realizado por nuestro equipo desde 2017, se ha demostrado que el Darién sigue siendo un refugio crítico para la especie. A partir de encuestas sociales a pescadores artesanales y el uso de técnicas innovadoras como el ADN ambiental (eDNA), se confirmó la presencia de juveniles de pez sierra de dientes grandes en la región.
Desde 2021, hemos monitoreado los desembarques de pesca artesanal en la zona y hemos avistado, junto a la red de pescadores de la región, unos 7 especímenes juveniles. De hecho, nuestro equipo fue el primer equipo científico en capturar un pez sierra de dientes grandes (Pristis pristis) en Centroamérica en más de 20 años, marcando un hito significativo en la investigación de esta especie en la región y a nivel internacional.
Además, conjuntamente con la comunidad, establecimos una red de pescadores locales protectores del pez sierra de dientes grandes, quienes nos han estado informando de los avistamientos de esta especie. Actualmente, esta red está compuesta por aproximadamente 87 pescadores de 5 comunidades, quienes han sido entrenados en prácticas sostenibles y han contribuido a informar y a realizar las liberaciones seguras de estos animales.
Este trabajo es crucial, ya que podría ser la última esperanza para la recuperación del pez sierra de dientes grandes en la región.
Empoderando a las comunidades locales:

Uno de los pilares más destacados del proyecto ha sido el desarrollo y empoderamiento de grupos de mujeres emprendedoras pertenecientes a familias pescadoras, con el objetivo de generar ingresos económicos alternativos, mejorar su calidad de vida y reducir la dependencia de la pesca. Este enfoque ha sido particularmente exitoso, ya que la producción y venta de artesanías inspiradas en la fauna local en mercados nacionales e internacionales ha generado ingresos previamente inalcanzables para estas mujeres. Esto demuestra cómo las actividades económicas sostenibles pueden fortalecer su autonomía y contribuir al crecimiento de la economía local.

Otro aspecto fundamental del trabajo de conservación de MarAlliance es el componente de educación ambiental y el empoderamiento comunitario. Para sensibilizar a las comunidades locales sobre la importancia de proteger al pez sierra de dientes grandes y su hábitat, se han llevado a cabo charlas y talleres educativos dirigidos a pescadores artesanales y sus familias. Estos talleres no solo capacitan a los pescadores en la liberación segura de peces sierra atrapados accidentalmente, sino que también fomentan prácticas sostenibles.
Este trabajo colaborativo no solo refuerza la relación entre los investigadores y las comunidades, sino que garantiza que las acciones de conservación sean integrales y tengan un impacto duradero, al involucrar a todos los actores locales en la protección de los ecosistemas marinos y fluviales.